El quedar bien, esa forma de aparentar que comparto algo o estoy de acuerdo con otro, está presente en nuestro pequeño “universo”. Una forma o suerte de supervivencia.
Y está tan marcado, tan profundamente acuñado en el ser humano que lo continuamos día a día, aún en las redes sociales. Es una pena que no tengamos tiempo de leer o reflexionar sobre las publicaciones del otro. Porque solo de esa manera, podríamos disentir con el otro, con su forma de ver la vida, con su sentir, y así iluminarnos un poco todos. Una forma de tener “eco” en otros.
“Préstame tu ojo”, era eso, ver las cosas desde el otro para ampliarme. Pero sigo viendo personas que dan “me gusta” e incluso comparten cosas, que es muy claro que ni siquiera las han mirado, porque si así hubiera sido, estaríamos ante un problema mayor, psíquicamente hablando.
Cada vez tenemos más información, tanta, que no podemos ni sabemos que hacer con ella. Ojalá haya una vuelta a las cualidades internas, esas que nos permiten diferenciar, discernir, escoger…