Ante una circunstancia de dolor, cuando te sientes herido, es común que te polarices. Es decir tomes una postura o un rol que te sitúa en una única posición, como si fuera la única posible. Y te cierras o delimitas, dejando fuera el campo ilimitado de las posibilidades.
En el ”yo tengo razón”, “no lo merezco” ,” no es justo”; permaneces en estado de separación y de debilitamiento. Y te lo explico: Si tienes razón y no lo mereces, el otro está equivocado y te ha generado un daño. Entonces tú eres víctima, y como tal, tu poder y estima están menguados.
Frente a una acción de un tercero, tú escoges posicionarte. ¿Cómo podrías no tener poder? ¿Cómo no podrías tener estima, si eres un Ser con Alma al encuentro de su Ser superior? Decides esa creencia en el momento en que te polarizas. Mientras que si permaneces en unión, podrás contemplar la circunstancia (que te daña), formando parte del Todo.
Los seres involucrados están mostrando una faceta o una cara diferente y/o opuesta del Todo. Te pregunto entonces: ¿por qué elegir la limitación cuando puedes escoger la totalidad?