Carencias de todo tipo.
Materiales: falta de salud, dinero, trabajo.
Emocionales: soledad, abandono, desamor.
Mentales: patrones de pensamiento y comportamiento reiterativos e inútiles.
Donde se instalan los parásitos energéticos.
Las fuerzas oscuras actúan aunque no las veamos. Están presentes así como los microbios forman parte de nuestra realidad y no los vemos, si no es con ayuda de instrumental adecuado.
Actúan fundamentalmente a nivel mental, sintonizan a ese nivel con nosotros, casi como una emisora de radio.
Desde el pensamiento se generan emociones positivas o negativas. Y a partir de ellas, estados anímicos que nos construyen o destruyen. A modo de ejemplo, sí si hemos tenido un día de dificultad laboral, o familiar dónde no hemos quedado conformes con nuestros dichos o acciones, pueden aparecer pensamientos de desvalorización que bajarán nuestra estima y generarán tristeza. En ese estado devaluado, de menguada energía, es posible se encadenen otros acontecimientos no deseados. Que nos llevarán a reforzar el estado de desánimo y desvalorización. Los seres regresivos, están en su salsa, quedándose con tu ánimo y energía de acción.
De momento estás estancado anímicamente, pero si la situación se extiende en el tiempo, pronto habrán otras circunstancias que te estanquen físicamente (mal estar, enfermedad, etc.).
Salir del plano de acción de los seres regresivos es la alternativa. No sintonizar con su rango de acción, es parte de la estrategia. Reconocer cuando un pensamiento no es favorable y desecharlo. Escoger aquellos que te lleven a un estado positivo, dónde tus sueños se realicen.
Si consideras que esté trabajo es muy pesado o que no podrás perseverar en esta batalla, estarás a su merced.
La buena noticia es que solo tú eres capaz de dominar los pensamientos. Y no solamente los tuyos, sino todos aquellos que escuchas, y acarrean energía pesada y negativa o que traen desinformación.
Otra estrategia es deshabilitar los patrones desde donde los seres regresivos nos dominan. Los veremos en una próxima.