La historia personal y la inutilidad de su recreación.
Cada uno de nosotros tiene una historia personal, una biografía. Y en ella, hemos compartido con diferentes personas, padres, hermanos, amigos, colegas, pareja. En cada uno de los roles que hemos desarrollado, acaecieron experiencias donde estuvieron involucradas nuestra personalidad, nuestra forma de sentir y de accionar. También, en forma que pasó casi desapercibida estuvieron presentes las formas de pensar y de sentir de nuestra familia.
Esas experiencias forman nuestro bagage de hoy. Y en este presente, en muchas ocasiones, cuando algún gesto, palabra o situación se parece a lo ya vivido, se vuelve a recrear la historia pasada.
Para poder crecer, es indispensable dejar atrás la historia personal, en todo aquello que nos resultara limitante. Mi propia vida, la tarea con pacientes, las charlas con amigos, me traían una y otra vez esa rueda de reiteraciones interminable. La historia siempre volvía a repetirse.
Esas experiencias forman nuestro bagage de hoy. Y en este presente, en muchas ocasiones, cuando algún gesto, palabra o situación se parece a lo ya vivido, se vuelve a recrear la historia pasada.
Para poder crecer, es indispensable dejar atrás la historia personal, en todo aquello que nos resultara limitante. Mi propia vida, la tarea con pacientes, las charlas con amigos, me traían una y otra vez esa rueda de reiteraciones interminable. La historia siempre volvía a repetirse.
Y estando en ese compartir , donde la esencia se hacía presente, es que aparecieron las esencias Florales esenciales, para obrar desde un lugar único y diferente, pero que siempre estuvo allí.
En esta oportunidad te aconsejo probar las esencias de Alegría (Impatiens Walleriana) y Cretona (Coleus blumei).